Con tantas viviendas disponibles actualmente en el mercado, tanto para alquiler como para venta, seguro que pensarás: ¿Quién se va a fijar en mi vivienda? La clave es la diferenciación.
Una vivienda en venta, puede no atraer tanto en un primer momento al futuro comprador, y simplemente interesarle por la zona, el barrio o el precio de compraventa. La compra de una vivienda es una inversión que se plantea a largo plazo, y al precio de compra hay que sumarle el coste de la futura reforma (si la necesita).
Sin embargo, una vivienda en alquiler no debería precisar ningún tipo de reforma, sino que debería estar “para entrar a vivir”. Y muchas veces esta frase es usada demasiado a la ligera por algunos propietarios o agentes inmobiliarios, pues el concepto “para entrar a vivir” es bastante difuso.
Por tanto, ¿de qué manera puede ayudarte un arquitecto o interiorista a alquilar rápido tu vivienda?
1. Levantamiento de los planos de la vivienda. Algo tan sencillo como facilitarle al futuro arrendatario los planos de la vivienda, puede hacerle decantarse por ella o no, en función de cómo la vivienda se ajusta a sus necesidades (tipo de familia, número de hijos, etc.), cómo se ajusta al mobiliario del que ya dispone, etc. Con un simple plano, el posible inquilino podría jugar a colocar sus muebles en él, organizar qué habitación va para cada hijo, o ver si ese espacio se adecúa a su modo de vida.
2. Home staging o un poco de ayuda en la decoración de la vivienda. Muchas veces, con la ayuda de un experto, podemos pasar de tener una vivienda vieja y anticuada, a tener una vivienda hipster tan de moda, con un gasto inferior al de una mensualidad de alquiler. Un arquitecto o interiorista puede sugerirte algunas ideas para convertir tu vivienda en un verdadero hogar. Por ejemplo, en vez de dejar aquellas viejas sillas de la abuela, podemos pintarlas nosotros mismos y darle un toque retro a la vez que entrañable. Si los muebles de la cocina están viejos, pero en perfecto funcionamiento, podríamos cubrirlos con algún diseño en vinilo, tan actual, dándole un toque luminoso a la cocina que resultará mucho más atractivo a la vez que fácil de limpiar. Y por supuesto, presentar la vivienda recién pintada es algo muy importante si queremos que la vivienda parezca como nueva, y tapar signos de desgaste que se han ido produciendo con el paso de los años.
3. Tasación de la vivienda. Finalmente, si ya la tenemos lista, ¿qué alquiler pedir por la vivienda? Muchas veces, no tenemos ni idea de cuánto pedir por ella, y caemos en bajar demasiado el precio por la presión de la competencia. Buscar el precio correcto, en función del valor del mercado, es algo sumamente importante. Una tasación puede costar desde unos 100 euros y puede ahorrarnos varios cientos o miles de euros.
Vamos a poner un ejemplo. Un cliente tiene una vivienda de los años setenta de unos 100 m2 que ha heredado de su abuela, y se encuentra en un estado bastante pasado de moda. Esta vivienda se encuentra en un barrio de clase media en una ciudad de tamaño medio.
Si este cliente alquilase esta vivienda tal cual está, tendría que “tirar el precio” a causa de su estado, un tanto deteriorado. Podría llegar a alquilarla como mucho por unos 450 o 500 euros. Una vez que firma el contrato, estará obligado a mantener este precio por unos tres años. En consecuencia, percibirá en torno a unos 18000 euros.
¿Y si el mismo cliente decidiese ponerse en manos de un profesional? El técnico podría realizarle un levantamiento de los planos de la vivienda por unos 50 euros, una tasación por unos 150 euros, y ayudarle con la decoración por otros 150 euros, lo que le supondría un coste de unos 350 euros. Entre las ideas que le dio (pintar la vivienda, sustitución de algún mueble por mobiliario moderno pero sencillo tipo Ikea, barnizado o pintado de algún mueble algo viejo, vinilos decorativos para tapar algún mueble, etc.) el cliente escogió los que más le interesaban y gastó unos 450 euros. En total, un gasto de 800 euros.
Este mismo cliente, asesorado por el técnico, pone su vivienda en alquiler por 700 euros, y la alquila en unos pocos meses. Por lo que a lo largo de tres años, percibirá, 25200 euros. Si a este valor descontamos los 800 euros que el cliente había invertido, supone más de 6000 euros de ingresos “extra” respecto a alquilar la vivienda sin asesoramiento. Y en todo momento, el gasto invertido será amortizado en el primer año de alquiler.
Como conclusión, dejad que alguien competente os asesore a la hora de alquilar vuestra vivienda, y no sólo tendréis más contentos a vuestros inquilinos, sino que vuestra vivienda se revalorizará, y conseguiréis alquilarla más rápido y a un mejor precio.
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