Hoy en día abrir una librería puede parecer un suicidio económico, pero como hay gente para todo y para incentivar el espíritu cultural, vamos a analizar los pasos a seguir, siempre a nivel técnico, para abrir un local destinado a librería.
En primer lugar, tenemos que saber qué tipo de negocio queremos montar. En función de nuestras pretensiones, de nuestra financiación, del estudio de mercado que hayamos hecho o de cualquier otro motivo, debemos decidir nuestro modelo de negocio. Por ejemplo, podremos montar una librería generalista, aunque en este caso deberemos competir con las grandes superficies que todos conocemos. Podemos montar una librería especializada, en la que primarán los libros de una sola o pocas temáticas. En este caso la ubicación será un elemento importante, puesto que tendrá que estar situada cerca de una gran masa usuarios potenciales, como universidades, colegios, escuelas de idiomas, etc. También podemos montar una librería-papelería. En este caso estas estarán vinculadas a un público infantil. Aunque su situación es importante, son las que más triunfan e incluso pueden subsistir en barrios o pueblos pequeños. Por último, la última moda son las librerías-cafeterías, destinadas a un público concreto y también las más arriesgadas como negocio, que normalmente se situarán en ciudades de cierto tamaño y en barrios concretos con cierto carácter cultural.
Una vez que sepamos el modelo de negocio que queremos tener, es necesario buscar un local. Aunque parezca una obviedad, este no deberá ser ni muy grande ni muy pequeño. Lo ideal es que sea accesible para todo tipo de usuarios, no solo para cumplir la normativa de rigor, sino para transmitir una imagen de que la cultura es accesible para todos, o por lo menos que tu tienda no pone trabas para lo contrario. El local deberá contar, en todos los casos, con al menos un aseo para los trabajadores y un buen almacén. Si la librería es también cafetería, deberá contar con aseos accesibles para el público, más la zona de cocina o de barra necesarias.
Un tamaño bueno para una librería tradicional puede ser de unos 100 m². Habitualmente las librerías no necesitan mucha superficie de fachada, pero un local demasiado alargado en el que el dueño esté justo en la entrada puede provocar un efecto barrera. Por el contrario, si el mostrador está un poco apartado de la puerta el usuario podrá echar un vistazo sin sentirse cohibido. Si la librería es también cafetería conviene elegir un local ya dedicado previamente a la hostelería, pues estará mejor adaptado a estas circunstancias y tendremos que hacer menos obras. Recordemos que los elementos necesarios que debe tener un local de hostelería son baños públicos individualizados (masculino y femenino) y, salvo excepciones, al menos uno de ellos accesible para minusválidos. También deberá contar con salida de humos a cubierta, un nivel de aislamiento acústico adecuado, sobre todo en el caso de que se vaya a poner música, etc. Además, los locales de hostelería suelen tener mayor superficie de fachada y tener un carácter más abierto. Si sumamos a esto que en una librería-cafetería es probable que queramos hacer algún tipo de conferencias, debates, seminarios, etc., lo más adecuado será un local de unos 150 m² o 200 m².
Si ya tengo el local elegido, e incluso mejor antes de elegirlo, necesito un técnico competente que realice el proyecto de actividad del local para pedir licencia de apertura en el ayuntamiento. Este técnico nos dirá si el local es adecuado, qué obras debemos hacer y una cosa que casi siempre se nos olvida, nos puede incluso aconsejar sobre cómo acondicionar nuestro local. Paradójicamente, la mayoría de las veces este servicio de asesoramiento el técnico lo hará encantado y de manera gratuita. Si, por el contrario, tomamos el proyecto de actividad como un mero trámite burocrático perderemos la oportunidad de tener el asesoramiento de alguien que tiene experiencia y preparación en ese campo.
Una opción más económica es encontrar el traspaso de otra librería. En estos tiempos, no será difícil encontrar una librería que quiera cerrar y dedicarse a otra cosa. En este caso, al hacer una transmisión de la titularidad, el local mantendría la licencia de actividad y no tendríamos que hacer ningún tipo de obras ni de proyecto de actividad (salvo excepciones, porque esto depende de los ayuntamientos). Además, podríamos mantener el fondo bibliográfico e ir renovándolo poco a poco en función de nuestras necesidades. El dueño del negocio anterior podrá pedirnos una cierta cantidad por el traspaso de la titularidad y el material que queramos aprovechar, pero debería ser mucho menor que acondicionar un local de cero.
En resumen: ¿Cuánto cuesta abrir una librería?
En la mayoría de los casos el local será alquilado. Incluso aunque tengamos el dinero suficiente para comprarlo no deberíamos arriesgarnos a comprar un local para un negocio nuevo que no estamos seguros de si va a triunfar. El alquiler del local dependerá de donde esté situado, no es lo mismo un local en la Gran Vía de Madrid que en un pueblo perdido en las montañas. En general, salvo las grandes superficies, las librerías no suelen estar en el epicentro de grandes ciudades porque no soportarían alquileres de más de 3.000 euros (los libros suelen tener un precio estándar). Tampoco funcionan en localidades pequeñas, por muy barato que sea el local, ya que no tendrían público, ni en barrios degradados o muy periféricos, por los mismos motivos. Por tanto, supondremos que el alquiler rondará entre los 500 y los 1000 euros al mes. A esto tendremos que sumar todos los gastos que conlleven el local (electricidad, agua, limpieza) y el negocio en general (empleados, contabilidad, seguros, suministros, etc.).
Vamos a suponer que hacemos unas obras mínimas en el local, tirando un par de tabiques y cambiando algunos acabados y la instalación eléctrica. Nos gastaremos unos 10.000 euros, a los que habrá que sumar los honorarios técnicos, y las tasas en el ayuntamiento, que podrán sumarnos unos 2.000 euros más.
Una vez que hagamos los cálculos de los gastos que tendremos, deberíamos hacer un estudio de mercado para dilucidar cuantos libros tendremos que vender para que el negocio sea rentable. Ojalá que sea así, porque la cultura debería valer la pena.
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