Conseguir una parcela vacía es cada día más difícil. Los planeamientos urbanos son cada vez más restrictivos y ya casi no se crea nuevo suelo urbano. Por lo tanto, las pocas parcelas disponibles para construir una casa nueva tienen precios prohibitivos. ¿La solución? Rehabilitar.
Las casas tradicionales no tenían las comodidades que hay ahora. Aún podemos encontrarnos por nuestra geografía casas sin baño, sin aislamiento, con unas alturas libres muy bajas con zonas en las que, incluso, tenemos que ir agachados y, por supuesto, sin calefacción. Estas casas las podemos encontrar en pueblos y ciudades, aunque cada vez menos. Muchas veces son de muros de carga: de piedra, ladrillo o incluso de entramados de madera.
En este artículo vamos a hablar de la tipología más extendida en el noroeste peninsular, la casa de piedra. Se caracteriza por tener gruesos muros de carga de piedra y forjados de madera. Es la casa en la que han vivido nuestros abuelos y nuestros bisabuelos. Los pueblos y aldeas de Galicia están llenos de este tipo de casas, muchas de ellas abandonadas, pero con un gran potencial, puesto que sus muros todavía resisten las inclemencias y el paso del tiempo como el primer día, pues es el material con el que están hechas las catedrales, los pazos señoriales, las iglesias…
Pasos previos a tener en cuenta
Antes de comprar una casa para rehabilitar, o decidirse a rehabilitar una casa heredada, es necesario tener en cuenta una serie de condicionantes, pues podemos encontrarnos con que lo que teníamos previsto no se puede hacer. Lo más aconsejable, ya desde este momento, es contactar con un arquitecto que nos asesore antes de la compra de la casa. Ya que lo vamos a necesitar para hacer el proyecto, es mejor que nos ayude desde el primer momento. Estas son algunas circunstancias que hemos de tener en cuenta antes de acometer la rehabilitación de la casa:
1. ¿Dónde está la casa?
¿Está en un pueblo? ¿En una aldea o en un núcleo rural? ¿En el Camino de Santiago? ¿Está en suelo rústico? ¿Tiene un río o el mar cerca? En función de todos estos condicionantes nos afectará una normativa u otra. Si la casa se encuentra en un casco histórico importante tendrá una normativa muy restrictiva. De hecho, casi todos los cascos históricos tienen su normativa específica de rehabilitación (plan especial), denominada con nombres tales como Plan Especial de Protección y Rehabilitación de la Ciudad Histórica de Santiago de Compostela o nombres similares. Si la vivienda está en el Camino de Santiago también tendrá que cumplir unos requisitos concretos. Incluso si está en un núcleo rural tradicional, puede que tenga que cumplir ciertos requisitos especiales, aunque la construcción en sí no tenga ningún valor.
2. ¿Qué valor tiene la edificación?
Es probable que una casa tradicional de piedra tenga algún tipo de protección patrimonial. Existen muchos tipos de protección, desde los Bienes de Interés Cultural (BIC), pasando por los tipos habituales de protección como Protección Integral (todo el edificio protegido), Protección Estructural (la estructura está protegida) y Protección Ambiental (está protegida la fachada o la envolvente). Incluso a veces, aunque la edificación no esté protegida en sí misma, tiene que cumplir unas normas estéticas por diversas razones, como estar cerca de algún elemento protegido (iglesia, crucero, pazo) o, como ya dijimos antes, por situarse en un enclave con cierto valor paisajístico (casco histórico, núcleo rural, etc.).
De todas maneras, no hace falta que nos lo diga ninguna ley para que seamos conscientes de que tenemos que respetar nuestro patrimonio. Por tanto, los consejos que vamos a dar seguidamente, son válidos independientemente de si la casa está protegida o no.
3. ¿En que estado de conservación está la casa?
Las casas de piedra nos las podemos encontrar en varios estados de conservación. Podemos distinguir, esquemáticamente, los siguientes:
En ruinas: Este es el caso en el que solo quedan en pie algunas partes de los muros de piedra. Salvo que tengan un poder evocador especial o se tratase de una edificación muy importante, tenemos que plantearnos si merece la pena rehabilitar este tipo de casa o es mejor demolerla del todo y hacer una nueva. Si decidiéramos rehabilitarla, deberemos hacer una intervención muy delicada que no se base en la simple reconstrucción de los muros.
En ruina parcial: Nos referimos al caso en el que los únicos elementos en buen estado son los muros de piedra. En esta situación sí que es aconsejable rehabilitar, pero teniendo en cuenta que ello no nos supondrá un ahorro significativo con respecto a hacer una vivienda desde cero.
En mal estado: Este es el caso en el que los muros están bien y los forjados están en mal estado, pero se pueden salvar. Es habitual que haya que cambiar la cubierta pero que se pueden aprovechar los forjados intermedios, aunque haya que consolidarlos de una u otra manera.
En estado regular: En este caso suponemos que se puede aprovechar toda la estructura, aunque es probable que tengamos que añadir aislamiento, cambiar las ventanas, retejar y rehacer todas las instalaciones.
En buen estado: En este caso todos los elementos básicos para vivir están en funcionamiento, por lo que solo tendríamos que hacer intervenciones mínimas que no requieran ni proyecto como añadir aislamiento interior, arreglar alguna ventana, cambiar la caldera, etc.
Recomendaciones para rehabilitar una casa de piedra
No hay una única manera de rehabilitar una casa de piedra, pero existen normas de la buena construcción y del respeto por el patrimonio que son comunes a cualquier rehabilitación. Para saber cómo rehabilitar una casa de piedra, así como cuánto nos puede costar y si merece la pena, lo mejor, sin duda, es contactar con un arquitecto. En una primera visita nos podrá decir que cosas hay que cambiar y que cosas no. Vamos a analizar, elemento por elemento, como se debería rehabilitar una casa tradicional de piedra:
1. Los muros de piedra
Lo más habitual es que los muros de piedra estén en buen estado, pues es un material que aguanta siglos. Por tanto, los dejaremos como están o trataremos las juntas con un encintado o rejuntado de cal para consolidar el muro.
Si los muros están en ruinas, pero tienen cierto valor, una de las opciones, mejor que reconstruirlo, es construir una estructura interior, ligera, independiente. Otra opción igualmente recomendable es reconstruir lo que falta de muro con otro material completamente diferente (madera, acero, etc.), para que se diferencie entre lo antiguo y lo nuevo. De esta manera, otorgaremos una dignidad especial a lo que queda del edificio original.
2. La estructura horizontal
La estructura original de este tipo de casas suele ser siempre de madera, habitualmente de castaño. Este tipo de estructuras, si están bien protegidas de la humedad y de los insectos pueden durar años y años. Incluso, aunque tengan algunas partes deterioradas por estos motivos, se pueden reparar con tratamientos químicos o con refuerzos metálicos. Por ello, la primera opción y la más barata será siempre aprovechar la estructura existente o una parte de ella.
Si hay que cambiar la estructura horizontal tenemos 3 opciones, en orden de mejor a peor:
1) Estructura nueva de madera (aserrada o laminada): Lo más recomendable por varios motivos. El primero es el inferior peso que otros sistemas. Estas casas estaban pensadas para soportar mucho menos peso que las habituales, con lo cual es recomendable hacer una rehabilitación lo más ligera posible. En segundo lugar a veces los muros tienen un cajeado para los apoyos de las vigas de madera que es aconsejable respetar. En tercer lugar, la construcción en madera es una construcción en seco, de carácter reversible, muy recomendable para conseguir el máximo respeto con el patrimonio construido. También es recomendable, por supuesto, rehabilitar con madera simplemente por cuestiones estéticas.
2) Estructura de acero: Este caso también es recomendable pues cumple muchas de las premisas anteriores, es un material ligero, reversible y más adaptable a la construcción original. En este caso se usaría un sistema mixto de acero y hormigón, pues utilizaría perfiles de acero y forjados colaborantes.
3) Estructura de hormigón: Es la menos recomendable, aunque la más usada. Provoca un mayor peso en los muros de hormigón, sobrecargando partes del muro que no estaban pensadas para resistir esfuerzos. Es un sistema menos reversible que los demás. Su uso habitual está extendido debido a la costumbre y al parecido con el tipo de construcción actual.
3. Las carpinterías exteriores (puertas y ventanas)
Las ventanas de este tipo de construcciones tienen unas características comunes: son de madera, normalmente pintada, están a haces exteriores o con contraventanas a haces exteriores. Están ancladas directamente a la piedra (sin marco). Por tanto, lo ideal es respetar lo máximo pasible las características originales, que serán también las características del lugar y que le darán una identidad a la zona.
La mejor opción será restaurar las ventanas originales, pintándolas, cambiándoles el vidrio, etc. Si queremos mejorar sustancialmente las características térmicas del hueco sin cambiar la composición exterior, podremos añadir una segunda ventana interior (las originales suelen estar al exterior) con vidrio doble, marco, premarco, etc.
Si optamos por sustituir las ventanas, lo mejor será colocarlas de madera pintada del color original. La madera es el material que mejor aísla térmicamente y, si lo pintamos con una pintura que nos proteja del agua y del sol, tendremos ventanas para muchos años.
Por el contrario, las ventanas de aluminio o de PVC no son tan recomendables para este tipo de rehabilitaciones. Hay gente que las elige por su inferior coste, pero si elegimos una ventana con similares características térmicas que la de madera, el coste será parecido. Ni que decir tiene que a nivel estético y respetuoso con el patrimonio son mucho peores.
4. El tejado
El tejado este tipo de construcciones suele ser del material más habitual de la zona. Por ejemplo, teja en las provincias de A Coruña y Pontevedra y pizarra en las de Lugo y Ourense. Por tanto, no debemos desentonar con el resto del territorio, usando el material de acabado que tengan el resto de construcciones, que a buen seguro que será también el más económico.
Si vamos a rehacer el tejado de nuevo, no debemos desaprovechar la ocasión para añadir aislamiento. Dependiendo de la estructura portante que tengamos debajo del material de acabado, podemos optar por un panel sándwich que hará las veces de aislamiento y material de soporte. También podemos optar por otros sistemas como poliestireno extruido o expandido, lana de roca, etc.
La estructura de la cubierta debe de ser lo más parecida a la original, teniendo en cuenta que no todas las casas estaban perfectamente construidas y a veces hay que perfeccionar el sistema original para adaptarnos a los condicionantes actuales. Hay que analizar el tipo de estructura original (cerchas, cabios, pares, rastreles, etc.) y rigidizarla o reforzarla donde sea necesario. Para ello es apropiado el uso de cables o rigidizadores de acero que mantengan la imagen original de la estructura.
4. La compartimentación interior
Lo más apropiado es usar una tabiquería lo más ligera posible. Por ello, lo más recomendable y asequible son los tabiques de yeso laminado. También es posible colocar trasdosados de yeso laminado, con lana de roca en su interior, para aislar los muros de piedra exteriores. De esta manera, aunque perdamos la estética interior de la piedra, ganaremos en confort.
5. Las instalaciones
Las instalaciones de una vivienda rústica han de ser, en líneas generales, las de una vivienda moderna, pues no tenemos por qué renegar de las comodidades actuales aunque vivamos en una casa antigua.
En cuanto a la calefacción, un sistema muy recomendable para este tipo de casas son las calderas de biomasa, ya sean de pellets o de leña, pues es habitual que tengamos sitio para almacenar este combustible, además de facilidad para conseguirlo. Si no es así, también podemos recurrir a una bomba de calor aerotérmica o a cualquier otro sistema del mercado.
Hemos de ser cuidadosos con las bajantes de pluviales (mejor metálicas que de PVC) y todo tipo de cableados que estropeen la imagen de la fachada. Si es posible, es mejor que vayan enterrados y accesibles mediante arquetas.
¿Cuánto me puede costar rehabilitar una casa de piedra?
¿Es más barato rehabilitar que construir de nuevo? Lo cierto es que no siempre. La rehabilitación implica muchas veces un respeto por el edificio preexistente que hace que usemos materiales más nobles y tradicionales que, a veces, resultan más caros. Hay que saber aprovechar los materiales existentes y convivir con ellos. De esta manera, la rehabilitación sí que puede resultar una opción económica.
Podemos distinguir dos casos diferentes en función del estado de conservación de la casa. Si partimos, para generalizar, de un precio de construcción estándar para una vivienda nueva de unos 1.000 € /m², podemos establecer un porcentaje de este para los distintos tipos de reforma:
Casa de piedra en la que solo se pueden aprovechar sus muros. En este caso, el precio de una rehabilitación integral de la vivienda, aprovechando exclusivamente los muros perimetrales, será, como mínimo, de unos 800 € / m². Pero hemos de tener en cuenta que, si queremos respetar al máximo la tipología estructural y el funcionamiento de la edificación, habremos de usar materiales y técnicas un poquito más caras de lo habitual, por lo que el precio de la rehabilitación se equiparará al de una obra nueva.
Casa de piedra en la que se pueden aprovechar sus muros y sus forjados. En este caso, podremos ahorrar mucho más. Evidentemente, cuantos más elementos aprovechemos, más barata nos resultará la reforma de la casa. Podemos calcular un precio medio de reforma de unos 500 € / m².
Conclusión
Rehabilitar una casa de piedra es un proyecto arduo, pero que da mucha satisfacción. Si además la casa tiene alguna connotación afectiva para el dueño, la satisfacción será doble. Ahora bien, no pensemos que rehabilitar una casa rústica va a ser mucho más barato que hacer una nueva. En la mayoría de los casos el coste será similar, por lo que rehabilitar o hacer una casa nueva es una cuestión de gustos y de actitud. Otra cosa será reformar una casa de piedra en buen estado, que será una opción que nos dará menos quebraderos de cabeza pero también menos libertad y satisfacción.
Como siempre pero ahora más que nunca, si quieres restaurar una casa de piedra, consulta a un arquitecto que conozca el tipo de construcción de la zona, para que te asesore y puedas hacer realidad el sueño de vivir en una casa de piedra.
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