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Qué son los hoteles verdes o ecológicos


Desde hace ya algunos años se ha ido introduciendo una corriente arquitectónica basada en la sostenibilidad y en la ecología. Esta corriente comenzó a cobrar fuerza en Estados Unidos y en algunos países europeos, como Alemania y el Reino Unido, a finales de los años 80. En España llegó bien entrado el siglo XXI, aunque no ha arraigado más que en ciertos sectores. La corriente ecológica empezó siendo una corriente de respeto al medio ambiente, mientras que ahora se centra más en el ahorro energético. Aunque ambos conceptos van de la mano, la sostenibilidad y el ahorro energético son más una cuestión de supervivencia que de un respeto real por el medio ambiente.


En el campo específico de los hoteles, la corriente ecológica se centra tanto en la sostenibilidad del propio edificio como en el funcionamiento interno de este. Al igual que otro tipo de edificios, existen hoteles mal llamados sostenibles que el único mérito sostenible que tienen es que cumplen la normativa técnica vigente, en este caso el Código Técnico de la Edificación, y por tanto hacen gala de sistemas de calefacción sostenibles tales como paneles solares, energía geotérmica o aerotérmica, calderas de biomasa, etc. Además, disponen de buenos aislamientos tanto en las paredes como en la cubierta. Gracias a esto, dichos edificios hacen gala de un certificado de eficiencia energética con una calificación de A. Hay que decir que cualquier edificio proyectado después de 2013 se considera un “edificio de consumo de energía casi nulo”. Por tanto, parece razonable que el hecho de llamar a un hotel verde o ecológico sea más que simplemente cumplir la normativa de construcción vigente.


Entonces, ¿qué más aportan, además del tipo de construcción, los hoteles ecológicos?


En primer lugar, el funcionamiento del hotel tiene que ser sostenible. Para ello, tiene que intentar ahorrar agua, energía eléctrica y otras fuentes energéticas. Esto ya es normal en muchos hoteles, donde incitan al cliente a aprovechar las toallas varios días, tienen grifos con filtros de ahorro de agua, usan lámparas de bajo consumo, etc. También tienen que incitar al reciclaje y, en general, usar materiales de baja huella ecológica, tales como materiales biodegradables, sábanas de materiales orgánicos, etc.


Por otro lado, para ser un hotel verdaderamente ecológico, es importante que este concepto se expanda a todos los departamentos del hotel, como el restaurante y la cocina. La comida de los hoteles ecológicos suele ser de agricultura ecológica, de productos locales e incluso de la huerta del propio hotel. Suelen tener menús vegetarianos y fomentan la comida saludable.


Visto de esta manera, puede parecer que los hoteles ecológicos son siempre establecimientos de turismo rural. Aunque muchas veces es así, existen hoteles sostenibles en el medio de la ciudad que abogan por la sostenibilidad y el ahorro energético, como el Hotel Arts en Barcelona, que siendo un hotel de 5 estrellas en una torre en medio de la ciudad cumple todos los requisitos para ser un hotel ecológico.


Existen distintos certificados que pueden acreditar la sostenibilidad de un hotel. Uno de ellos puede ser la Etiqueta Ecológica Europea Ecolabel, que certifica la sostenibilidad de cualquier producto o servicio, desde detergentes hasta alojamientos turísticos. También se puede acreditar la sostenibilidad del propio edificio con distintos certificados como el Passivhaus, el LEED americano, o el BREEAM británico.


En definitiva, un hotel verde o ecológico es aquel que tiene una baja huella ecológica, que produce el mínimo de CO2 posible y que consigue un gran ahorro energético en su funcionamiento. Además, defiende un estilo de vida saludable y el consumo de una dieta saludable y sostenible.

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